Cronicas del Sur

Güirá Oga: El centro de recuperación y liberación de fauna salvaje de Puerto Iguazú

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

Ejemplares de animales salvajes, tanto aves, como mamíferos y especies acuáticas, están a la vista del visitante en un predio lindero al Parque Nacional Iguazú, en Misiones, que se convirtió en el segundo atractivo turístico de Puerto Iguazú. Guira OgaPero Güirá Oga -Casa de los Pájaros, en guaraní- no es un zoológico ni una feria, sino un centro de recuperación y devolución a la naturaleza de animales silvestres dañados por el hombre.

En el predio, cedido por el Ministerio de Ecología de Misiones, tiene entrada por la ruta 12, a metros de donde comienza la famosa reserva de Parques Nacionales, donde los turistas abordan una combi que los traslada un centenar de metros hasta el inicio del paseo. Allí comienza un circuito de senderos entre la tupida selva misionera que pasa junto a amplios jaulones, corrales y habitáculos con especies autóctonas -y alguna que otra exótica- en cautiverio, la mayoría de las cuales está destinada a ser liberada luego de su curación y readaptación a la naturaleza.

ESPECIES

En Güirá Oga, el turista puede ver de cerca águilas, jabalíes, nutrias, lechuzas, arpías y monos, que llegaron heridos por cazadores, atropellados por automóviles o con lesiones durante una etapa en que pretendieron convertirlas en mascotas. Guira OgaTambién hay animales procedentes de decomisos hechos por fuerzas de seguridad en operativos contra el tráfico ilegal de fauna y otros que fueron abandonadas por sus dueños al comprobar que no todos los animales pueden ser domesticados y algunos se tornan peligrosos para un hogar.

Este centro tiene dos caras, una que es la visible para el público y está en los senderos, con los animales expuestos, y dentro de la cual entra también el centro de interpretación en el que se brinda conocimiento a los visitantes sobre la fauna y se informa sobre las actividades en el lugar. En la cara oculta hay una mayor cantidad de animales, que son ejemplares que no deben estar en contacto con la gente, para garantizar que mantengan su estado salvaje,  y también una intensa actividad para su restitución a la naturaleza, de la que sólo participan expertos.

Guira OgaEn ese sentido, el director de Güirá Oga, Jorge Anfuso, comentó a CsM que en ese momento en el predio había entre 380 y 400 animales, pero a la vista del público sólo unos 250, ya que los que se encontraban en el proceso final de devolución a la naturaleza no podían estar en contacto con el ser humano, sino en hábitats y situaciones lo más parecidas a las originales.

Los animales expuestos al público van variando, ya que en la medida que se acerca el momento de retornarlos a su hábitat natural, se los retira de exposición. Durante la visita que realizó CSM, desde los senderos podían ver de cerca ejemplares como el «loro de pecho vinoso», que está en riesgo de extinción; tucanes devueltos por el zoológico Temaiken, y macucos y perdices coloradas, que se habían escapado de un criadero en Paraguay.

Guira OgaLos altos jaulones albergaban otras especies de aves, como el yacuapoí (pava del monte) y jotes, y luego el camino conducía a una jaula con un osito lavador, que fue mascota hasta que mordió a un niño, y después una chuña del Chaco, en depósito judicial tras ser confiscada. Entre otros mamíferos había un hurón mayor y otro chico, coatíes, un ocelote, un tatú herido tras ser atropellado por un coche y un puercoespín que había recibido un palazo en la cabeza.

También había anfibios, como un yacaré ñato, varias tortugas -algunas de ellas exóticas, entradas al país ilegalmente como mascotas- y una nutria, El predio cuenta con un arroyo interno, con el que se construyó un estanque en el que nadaban parcas japonesas anaranjadas, decomisadas del «duty free shop» de Puerto Iguazú, donde eran parte de la decoración.

Guira OgaEn el sector de rapaces impresionBan las penetrantes miradas -pese a estar en convalecencia- de las águilas crestada negra, la solitaria, la viuda y la coronada -esta última exótica, aunque con registro en Misiones-, además de un lechuzón negro.

El predio cuenta con un sector donde hay incubadoras y es donde se desarrolla un proceso que es el menos simpático del Güirá Oga, aunque muy necesario  para su desarrollo. Allí se producen codornices, una aves que son criadas hasta aproximadamente los 40 días de vida, cuando ya pueden poner nuevos huevos para mantener la reproducción, y entonces son utilizadas como alimento para los rapaces, algo que también se hace con ratones.

El director de este refugio y hospital de animales salvajes explicó que es la única forma de mantener la alimentación natural de esas aves,así como su condición e instinto de cazadores que les permitirá la supervivencia una vez liberadas, por lo que no se puede suplantar a las codornices ni ratones con otra carne o productos artificiales.

En otro momento, Anfuso mostró una mona que había sido famosa por la TV cuando escapó del hogar en el que estaba como mascota y anduvo por los bosques del barrio porteño de Palermo, y un pecarí labiado, una especie de chancho salvaje  al que consideró «el animal más peligroso de la región, por encima del puma«.Guira Oga

REINSERCIÓN

Para la etapa final del proceso de reinserción de especies en la naturaleza, Güirá Oga cuenta con la isla Palacio, en el lago de la represa de Urugua-í, también cedida por el gobierno de Misiones, donde se realiza la readaptación previa a la liberación de animales. Guira OgaEn esa isla se realiza la primera etapa de readaptación de los animales, que son constantemente monitoreados por 20 cámaras de vídeo.

La isla, dijo Anfuso, es «un monumento natural y por lo tanto un área restringida e intangible, donde no hay visitas de turistas, y en la que se detectaron huellas de siete mamíferos diferentes, lo que indica que tiene una calidad importante de fauna«. Cuando se constata que las especies en recuperación están listas para su reintroducción a la naturaleza, se los vuelve a cazar mediante trampas, para la liberación final.

Los animales que llegan heridos por cazadores o atropellados «se readaptan con facilidad a la naturaleza tras ser curados; las mascotas, no«, precisó Anfuso, y explicó que éstas pierden su adapatación para la vida salvaje, y recuperarla puede demandar una tarea de varios años. Guira Oga«El problema de los animales humanizados -advirtió- es que atacan al hombre porque le pierden el miedo natural, y los más peligrosos son los monos y coatíes en esta zona, y son los que más adopta la gente en forma irresponsable«.

También contó que los animales recién llegados son puestos en cuarentena, en base a protocolos sanitarios de zoológicos para evitar que produzcan algún contagio, y luego pasan al sector veterinario. Con unas 300 visitas diarias en temporada alta y cerca de 150 en la baja, Güirá Oga es el segundo atractivo turístico de Puerto Iguazú después de las Cataratas, aunque lejos de los ingresos a este Patrimonio de la Humanidad y una de las 7 Nuevas Maravillas del Mundo, que supera los 1,1 millón de turistas al año.- (CsM)

Gustavo Espeche ©rtiz

(Derechos reservados)

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Pocket
WhatsApp

Un comentario

  1. yo visite el refugio en noviembre del 2018. Quede maravillada con el trabajo que hacen con los animales. A tal punto que este año inicie un proyecto con mis alumnos de primero y segundo grado titulado Proyecto GUIRA OGA. Vimos los videos, investigamos sobre los animales, escribimos, difundimos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *