El amarillo de los ibirapitá en flor da más brillo a la Ciudad de Buenos Aires mientras el intenso verde de sus altas copas brinda frescor y refugio a los transeúntes en las bochornosas jornadas de verano y constituye otro colorido atractivo de la capital argentina en la estación cálida. Además del placer visual que disfrutan vecinos y turistas que los incluyen en sus postales de viajes, esta especie fue incorporada al arbolado urbano por su importante rol en la oxigenación del ambiente.
Cuando se apaga el colorido de otras especies arbóreas que florecen en primavera, como el amarillo de las tipas, el violeta de los jacarandás, el rojo de los ceibos y los capullos blancos de los palos borrachos, y sólo persiste el rosado de algunos lapachos, este árbol exótico para la Ciudad llega con su amarillo intenso en el inicio de un nuevo año.
Quizás porque el intenso calor y las lluvias de las últimas semanas hicieron que el clima porteño se pareciera al de las selvas tropicales y subtropicales de donde es originario, en la segunda quincena de enero los ibirapitás florecieron rápidamente en las numerosas calles y avenidas donde fueron plantados en el marco del Plan de Arbolado Lineal Urbano, que comenzó hace unos 12 años. En la jungla tropical llega a los 30 metros de altura, pero en Uruguay y Buenos Aires el «Peltophorum dubium» (tal su nombre científico) ronda los 20 metros como máximo.
Se trata de un árbol originario del noreste argentino, Brasil y Paraguay, cuyo nombre en guaraní significa «árbol de madera roja«, o «gran árbol de madera roja«, según la acepción «ibirapitá guazú» en el país vecino. En Brasil es «caña fístula» y en Uruguay lo apodaron «árbol de Artigas«, ya que su máximo prócer tomaba mate bajo un ibirapitá que él plantó durante su exilio en Paraguay.
El ibirapitá es una de las especies con las cuales el Gobierno porteño apunta a tener unos 500.000 árboles en la Ciudad para 2025 mediante el plan mencionado, que comenzó cuando había unos 425.000 ejemplares en calles y avenidas. La propuesta es ocupar 243 arterias urbanas con esta especie, que requiere veredas o espacios de grandes dimensiones para crecer, y cuya plantación puede ser solicitada por los vecinos a las autoridades.
Porteños y visitantes pueden disfrutar de sus virtudes, como la sombra, el colorido y la oxigenación ambiental en numerosos puntos de la Ciudad, como la avenida de los Constituyentes, en el cruce con el paso bajo nivel del Ferrocarril Mitre, y en los parques Avellaneda, 3 de Febrero y del Centenario. También se los puede apreciar en Plaza Italia, junto a las paradas del Metrobús sobre avenida Santa Fe hacia el norte; existe un corredor sobre la avenida Forest, entre La Pampa y avenida de los Incas, y en la zona céntrica sobresalen en la avenida 9 de Julio entre Chile e Independencia.
GESTIÓN
La secretaria de Atención Ciudadana y Gestión Comunal, Julia Domeniconi, anunció que la Ciudad planifica continuar con la incorporación de ibirapitás en 2022. «Ingresamos al cuarto año de nuestro plan quinquenal, que supone la plantación de nuevos ejemplares y el mantenimiento de la totalidad de nuestros árboles en ese período”, comentó.
La funcionara también explicó que “los vecinos pueden solicitar la plantación de ejemplares a través de la web buenosaires.gob.ar o nuestra aplicación BA147 para que sean incorporados en la campaña de forestación que comenzará a fines de mayo”.
La Ciudad de Buenos Aires lanzó a comienzos de 2022 Arbopedia, un nuevo portal web que le permite a los vecinos acceder a los planes de forestación, participar en los programas de cuidados, campañas de concientización, censos, descripción de especies y conocer el arbolado público en su totalidad. Durante 2021 la Ciudad plantó más de 16.000 nuevos árboles, con lo que repuso todas las extracciones y sumó más de 10.000 ejemplares.
Entre las especies plantadas el último año se destacan jacarandá, tilo, crespón, liquidambar, anacahuita, pata de buey, lapacho, arce tridente y fresno dorado, además de otras nativas, como canelones y lecherones.- (CsM)