El estadounidense Douglas Tompkins, empresario, ambientalista y filántropo que donó tierras para la creación de reservas naturales en Argentina y Chile, falleció este martes luego de un accidente mientras practicaba kayak en un lago del sur chileno.
Tomkins, de 72 años, realizaba un trayecto de unos 30 kilómetros por el lago General Carrera, entre Puerto Sánchez y Puerto Ingeniero Ibáñez, junto a otras cinco personas, cuando su bote naufragó debido al fuerte viento y el oleaje.
Personal de la Armada chilena rescató a todos los náufragos y los trasladó al hospital regional de Coyahaique, a donde Tompkins llegó con una hipotermia de 19 grados, en grave estado. Los médicos pudieron subirle la temperatura hasta 22,5 grados pero no lograron reanimarlo y falleció pasadas las 13. La noticia fue dada a conocer por el diputado chileno Jorge Tarud, en su cuenta de Twitter.
Más tarde, CSM recibió un comunicado de The Conservation Land Trust (CLT), la fundación que creó junto a su esposa Kris y que es dirigida por ella, que daba cuenta del deceso de Tompkins. Según el texto, «vivió y se fue de este mundo como un héroe” y fue un “aventurero, explorador y sobre todo un gran descubridor”.
Tompkins fue el fundador de dos exitosas empresas multinacionales de indumentaria, The North Face y Sprit, aunque luego vendería su parte de esta última. Gracias a su fortuna, compró tierras en Argentina y Chile, que luego donó a estos Estados con la condición de que se las convirtiera en reservas naturales.
Este norteamericano nacido en Ohio y criado en Nueva York cedió al estado argentino las 62.000 hectáreas del Parque Nacional Monte León y otras 35.000 para el PN Patagonia, ambos en Santa Cruz; las tierras para crear un parque nacional en los Esteros del Iberá, en Corrientes, y las de Laguna Blanca, en Entre Ríos. En Chile, fue el creador de los parques nacionales Pumalín, Corcovado y Yendagaia.
En Argentina, algunos pequeños sectores nacionalistas lo denostaban e hicieron campañas -en realidad, operaciones- en su contra en base al resentimiento que generaba su condición de millonario y “gringo”, pese a que hizo mucho más por el país que buena parte de esos patriotas. O quizás precisamente porque donaba sus tierras al Estado, con la condición de que no fueran utilizadas para negocios sino exclusivamente para conservación natural.
El mensaje de CLT sobre su muerte está encabezado por una frase de Tompkins: “La conservación es nuestra pasión: nos sentimos privilegiados de poder hacerlo como nuestro trabajo. Incluso en los momentos desalentadores no podemos imaginarnos dejar de trabajar en ayudar a revertir la crisis de extinción”.
Luego añade que «Doug veía el mismo mundo que miramos todos pero con otra mirada, una mirada sin tiempo ni edad, una mirada universal. Su amor por la naturaleza le permitió entender la fragilidad de los ecosistemas a la vez que entendía de su fuerza y capacidad de recuperación. Lo movía una energía contagiosa que siempre lo llevaba a buscar nuevos desafías apostando a la creación de nuevos parques, a la vuelta de las especies amenazadas, a la conservación y al desarrollo económico y social de las comunidades».
«Un gran líder se nos fue y sabemos que sentiremos su ausencia, pero él no se detenía ante los contratiempos y tampoco lo haremos nosotros», sostiene CLT en su comunicado de prensa.- (CSM)
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