El Gran Victoria es el catamarán más moderno de Argentina, con conceptos de accesibilidad y sustentabilidad innovadores, que desde este invierno transportará turistas por el lago Nahuel Huapi, en jurisdicción de San Carlos de Bariloche. La nave fue fabricada en el astillero Tecnao de la ciudad bonaerense de Tigre, bautizada anoche en una dársena del barrio porteño de Puerto Madero y parte hoy por río, mar y tierra hacia su destino final en la mencionada ciudad andino patagónica de la provincia de Río Negro.
El Yacht Club de Puerto Madero fue la vidriera ideal para su presentación en sociedad y la ceremonia de bautismo, durante su breve paso por la Ciudad de Buenos Aires. La empresa Turisur, que invirtió tres millones de dólares en su construcción, recibió allí a autoridades de la actividad turística privada y oficial, invitados y prensa especializada, quienes recorrieron la nave y luego fueron agasajados en el salón de acto del club.
INVITADOS
Entre los invitados estuvieron el secretario Ejecutivo del instituto Nacional de Promoción Turística, Roberto Palais; el presidente de Parques Nacionales, Eugenio Breard; el director de Policía de Seguridad de la Navegación de la Prefectura Naval, prefecto Martín Ruiz; el presidente del Ente de Promoción Turística de Bariloche, Marcos Barberis, y el cónsul general de la Embajada de Estados Unidos, Brendan O’Brian.
Los invitados fueron recibidos por la dueña de Turisur, Luciana Lamota, y el presidente de la compañía, Martín Olavarría, entre otras autoridades, y pudieron ver un vídeo de presentación del Gran Victoria y del remodelado hotel boutique Puerto Blest, realizado por la misma empresa sobre el antiguo hotel inaugurado en 1909, precisamente sobre el brazo Blest del lago Nahuel Huapi.
CARACTERÍSTICAS
Este catamarán tiene capacidad para 250 pasajeros y grandes ventanales que permiten disfrutar del paisaje en forma panorámica, además de generar muy poco movimiento interior gracias al diseño de su casco, lo que evita mareos u otros efectos en pasajeros sensibles; también causa poco oleajes, lo que reduce el impacto ambiental en las costas y no afecta a otras embarcaciones.
En este sentido, su estructura exterior de aluminio no genera corrosión u otro tipo de contaminación en las aguas, mientras sus dos motores Volvo son de última generación y equipados de fábrica con sistemas de bajo impacto sobre el ecosistema. Cuenta además con tanques especiales para el tratamiento de desechos y aguas servidas o sucias, que impiden la polución ambiental.
El barco cuenta con dos plantas, de las cuales la inferior se encuentra a nivel del muelle, debido a un criterio de accesibilidad para evitar a los pasajeros subir o bajar escalones. La cubierta superior fue diseñada para realizar eventos o reuniones y puede ser dividida para dos actividades en simultáneo. Con sus 33 metros de largo por 9 de ancho, el Gran Victoria podría cargar más pasajeros, pero sus dueños prefirieron limitar a 250 el número de asientos para dotarlo de mayor velocidad y agilidad.
BAUTISMO
La ceremonia de bautismo fue llevada adelante, en la faz religiosa, por el Padre Gustavo, de Bariloche, quien realizó una oración en favor de la nave y de todos quienes se trasladen en ella y, para bendecirla, desde el balcón del Yacht Club le arrojó agua bendita sobre su lateral. El bautismo social estuvo a cargo de la presidenta de Turisur, quien como indica la tradición debía romper una botella de champán contra el casco.
Sin embargo, en lugar de soltar la cinta argentina que en un extremo sostenía la botella, atada entre el balcón y la nave, para que por inercia del balanceo golpeara el casco y se rompiera, Lamota desató la botella y la arrojó ella contra el casco, y quizás debido a la flexibilidad del aluminio el envase resistió y rebotó, para romperse contra el piso del muelle. Sólo algunos fotógrafos quedaron sorprendidos al no poder realizar la toma esperada y sin saber si valía hacer una foto del champán sobre el cemento, pero la irregularidad del bautismo desapareció entre aplausos y la ovación de los presentes.
DESTINO FINAL
Tras su partida de Puerto Madero, el Gran Victoria navegará primero por el Río de la Plata y luego por mar hasta el puerto de San Antonio Este, en Río Negro. Allí será desarmado en tres partes -cabina, pontones y control central- y llevado por la Ruta Nacional 23 hasta el otro extremo de la provincia, en vehículos de la empresa Román, especializada en transportes pesados y grandes estructuras.
En el lago Nahuel Huapi realizará excursiones entre Puerto Pañuelo (vecino al hotel Llao Llao) y Puerto Blest, en los terrenos donados por el perito Francisco Moreno, por ello considerados el punto físico de inicio del sistema de parques nacionales de Argentina.- (CSM)
