Ballenas, pingüinos, orcas y lobos y elefantes marinos son las especies que sobresalen entre la abundante fauna marina que puebla desde septiembre el Golfo Nuevo y costas cercanas del litoral norte de Chubut. Con la llegada de la temporada alta, el movimiento turístico es intenso en esta zona patagónica, por la gran convocatoria que ejercen en los turistas estos simpáticos animales que cada año llegan para su ciclo reproductivo y permanecen al menos cuatro meses en sus aguas.
Las que cada vez se quedan más tiempo y se convirtieron en las divas de la temporada son las ballenas franca australes, que llegan en junio y emigran en diciembre, debido a que en estas aguas encuentran la tranquilidad que precisan para reproducirse y darles las primeras lecciones de vida a sus ballenatos.
Los avistajes se pueden realizar embarcados, con salidas desde Puerto Pirámides, capital de Península Valdés, declarada Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco en 1999, o desde toda la costa de Puerto Madryn, pero especialmente desde el muelle Luis Piedrabuena o la playa El Doradillo, en el acceso al istmo de la península.
No obstante, quienes llegan en avión al aeropuerto de Madryn, pueden ver a veces desde el aire los mamíferos más grandes del planeta, como naves que surcan suavemente las aguas verde esmeralda del golfo y de a ratos desaparecen en ellas.
Unos 90 kilómetros separan ambas ciudades y el tránsito es durante estos meses intenso por la Ruta Provincial 2 que hace nexo entre ambas, debido a que la mayoría de los turistas experimenta las dos opciones de contacto visual con los cetáceos. Además, Península Valdés ofrece en todo su perímetro variadas posibilidades de turismo aventura y de naturaleza, además de los mamíferos y aves que habitan su territorio interno, como guanacos y ñandúes.
El otro gran atractivo, en el extremo opuesto en cuanto a tamaño, es el pingüino de Magallanes, el más típico de argentina dentro de la especie y que puebla casi toda la costa patagónica, aunque tiene su gran santuario a poca distancia de Puerto Madryn. En Punta Tombo, unos 170 kilómetros al sur, cada año se reúnen unos 800 mil pingüinos, en la mayor reserva de esta especie en América.
En la Península Valdés también hay varias colonias de reproducción muy numerosas, como la de la Estancia San Lorenzo, área protegida en Punta Norte, y la de Reserva El Pedral, en Punta Ninfas. Estas propuestas se pueden combinar con días de campo con asado de cordero patagónico, alojamiento en hoteles de campo y excursiones para descubrir fósiles en los acantilados y cañadones que desaguan en el mar.
En toda esta zona costera, islas, islotes y cañadores se pueden ver también numerosos ejemplares de la variada avifauna marítima patagónica, como gaviotas cocineras, skúas, patos vapor, cormoranes reales y de cuello negro, palomas antárticas y petreles.
Los elefantes y lobos marinos se dejan ver en varios puntos de la costa de Chubut, como en las reservas de Punta Loma y Punta Pirámides, pero especialmente en las playas de Punta Norte, donde entre septiembre y abril las orcas también se asoman buscando presas, entre las cuales sus preferidas son las crías de lobos marinos.- (CSM)