El turismo espacial entra en su etapa netamente comercial, con la presentación de la «combi» SpaceShip II, con capacidad para dos astronautas y seis turistas, que surgirán de una lista de aproximadamente 700 pasajeros en lista de espera y dispuestos a pagar el boleto de 250 mil dólares. La nave fue presentada por sus fabricantes, Virgin Galactic, en sus instalaciones del desierto de Mojave, en California, y realizará su primer vuelo al espacio en una fecha a confirmar.
La presentación se realizó unos 15 meses después que se estrellara la primera versión durante una prueba, hecho atribuido a una falla humana y en el que murió el copiloto. La firma Virgin Galactic, del millonario británico Richard Branston, explicó que la Unity luce igual que la primera en lo externo, aunque presenta algunos cambios técnicos.
La Unity utilizará un tipo diferente de combustible y cuenta con un indicador que evita que el piloto inicie la rotación de la sección trasera antes del momento adecuado del aterrizaje, que es lo que causó que la primera nave se estrellara.
En un comunicado de presentación, la compañía señaló que «al igual de celebrar el final de una etapa crítica de trabajo, también estamos marcando una nueva fase concentrada en hacer más pruebas para, finalmente, tener el primer programa comercial de vuelo espacial».
Branston dijo a la prensa que «obviamente, hace 15 meses tuvimos un tremendo revés», pero aclaró que «sorprendentemente, todo el mundo regresó al día siguiente y estaba trabajando día y noche para construirla».
A diferencia de otros cohetes, cuyo lanzamiento se hace desde la Tierra, la nave de Virgin se lanza en vuelo desde la atomósfera y se espera que alcance una altura de 100 kilómetros desde la superficie terrestre, que será suficiente para estar en gravedad cero y tener vistas integrales de la Tierra con su curvatura. La empresa informó que en el futuro esperan ofrecer viajes que puedan orbitar la Tierra durante dos a tres semanas.
El primer turista espacial fue el multimillonario estadounidense Dennis Tito, quien en 2001 pagó 20 millones de dólares para viajar en la nave rusa Soyuz TM-31 y permanecer en órbita en la Estación Espacial Internacional. En 1990, el astronauta no profesional japonés Tayohiro Akiyama voló en la Soyuz TM-11 hasta la estación espacial rusa MIR, aunque por tratarse de un periodista de televisión, su viaje no fue considerado de turismo espacial sino de trabajo, algo así como un “fam press”.- (CSM)