Unas 7.000 hectáreas del Parque Nacional (PN) Lihué Calel, en La Pampa, fueron consumidas por un incendio forestal de grandes dimensiones que comenzó el jueves 4 pasado en varios puntos de la provincia y llegó el sábado a esta reserva natural. La Administración de Parques Nacionales (APN) informó que el área protegida fue cerrada al público, que este lunes el fuego permanecía activo y que «las condiciones meteorológicas para los próximos días son extremas, con altas temperaturas y viento norte a 40 km por hora aproximadamente«.
Un comunicado del organismo añade que «el tramo de la Ruta Nacional N° 152 desde el cruce El Carancho hasta Casa de Piedra permanece cerrado al tránsito de manera preventiva«. Guardaparques de Lihué Calel combaten el fuego junto a brigadistas de la Dirección de Lucha contra Incendios Forestales y Emergencias de la APN y cuadrillas de los PN Nahuel Huapi y Laguna Blanca, de Defensa Civil de La Pampa y Bomberos Voluntarios de General Acha, que suman en total medio centenar de personas.
Desde el lugar, el intendente del PN Lihué Calel, Nicolás Katuchin, explicó a El Diario de La Pampa que «por ahora no manejamos medios aéreos», por lo que el combate del fuego se hace «mano a mano, haciendo contrafuegos: es decir, quemando pastizales para que las llamas se ahoguen y no tengan más combustible». Las llamas alcanzaron un predio abandonado del Automóvil Club Argentino, con estación de servicio y motel, sobre la Ruta 152, y se encontraba a unos 6 kilómetros del centro de visitantes del PN Lihué Calel, aunque separado de este lugar por un cerro de piedras escasa vegetación.
Katuchin precisó al diario que la vegetación quemada es de arbustos achaparrados y pastizales y que no causó mortandad de la fauna nativa. «No vimos pumas o guanacos afectados (las especies más importante del parque). Ellos saben escapar. Hay ratones, otras especies menores que no es lindo verlo, pero es el ciclo de la naturaleza«, sostuvo el guardaparques.
Desde el Ministerio de Seguridad de la Nación, el subsecretario de Operaciones de Protección Civil, Daniel Russo, afirmó que «la parte más virulenta de los incendios fue hace dos días, ahora están bastante controlados«, al referirse a éste y otros focos de fuego similares en las provincias de La Pampa y Mendoza, de los cuáles sólo permanecía activo el de Lihué Calel. En declaraciones a la agencia Télam, explicó que «como siempre, son afectados animales, alambrados y otros elementos que son gastos económicos, pero estamos cuidando a las personas«.
El funcionario nacional comentó que «es la temporada de incendios, es la naturaleza del terreno, se secan los pastos, se genera una llama por los rayos y se propagan muy rápido», aunque insistió en que «hay que trabajar en el ataque a las llamas pero también en la cultura, en la prevención, hay que hacer cortafuegos que se debieran practicar en campos privados».
Sin embargo, según el mencionado periódico digital pampeano, el incendio de Lihué Calel se inició mientras un productor trabajaba en la construcción de una ‘picada’ o cortafuego (una franja trazada en el monte o en el campo) ante l proximidad de las llamas. Los incendios rurales y forestales comenzaron a fines de noviembre en La Pampa y las otras zonas afectadas fueron departamento de Chicalcó (en el oeste) y Caleu Caleu y Hucal (en el este).
Sobre la cuestiones preventivas, y luego de incendios que a fines de 2016 consumieron 1.100.000 hectáreas en La Pampa, un experto en ambiente y preservación del bosque nativo, el biólogo y profesor de la Universidad Nacional de La Pampa Esteban Dussart, denunció en declaraciones a CSM que la provincia carecía de un plan de manejo concreto y racional del bosque que combinara su funcionamiento ecológico con su realidad socioeconómica, además del desmantelamiento del sistema de lucha contra el fuego de los últimos años. También advirtió entonces que «algunos productores, aconsejados inclusive por profesionales o académicos de pocas luces, se pueden ver tentados de ‘prender un fueguito’ para favorecer el rebrote de pastos secos en pleno verano» (1).
El PN Lihué Calel tiene unas 32.000 hectáreas, con sierras de origen volcánico -con el cerro La Sociedad Científica como la mayor elevación, con 590 metros sobre el nivel del mar-, que hacen una especie de ‘fuentón’ en el que se acumula agua y generan un pequeño oasis en una de las zonas más yermas del país (2). Esta reserva natural alberga una biodiversidad insólita para la región, al ser hábitat de unas 250 especies de aves, mamíferos, reptiles y anfibios, además del 50 por ciento de las 850 especies que componen la flora de La Pampa.- (CSM)
(1) Ver en este portal «Fuego en La Pampa: No fue el cambio climático sino falta de prevención y respuesta, según experto en bosques«, del 24-01-17: https://cronicasdelsur.com/incendios-enla-pampa-esteban-dussart/
(2) Ver, por el autor de esta nota, «Lihué Calel, un oasis en el yermo desierto de La Pampa«, en el diario Prensa Pura Digital, el 25-12-16: http://www.prensapuradigital.com/2016/12/25/lihue-calel-un-oasis-en-el-yermo-desierto-de-la-pampa/