La Feria de Lille, el “rastro” o “mercado de pulgas” más grande de Europa, que el primer fin de semana de cada septiembre reunía más de dos millones de personas, no se concretó para el fin de este verano europeo como desde hace siglos sucedía, ni se realizará al menos este año. La causa que acabó con este tradicional atractivo del norte de Francia cuyo origen se remonta a la Edad Media es la amenaza del terrorismo islámico, que apunta preferentemente a los lugares más concurridos del viejo continente.
Luego de la masacre de Niza durante la celebración de la Fiesta Nacional francesa, donde un terrorista asesinó a 86 personas e hirió a más de 400, las autoridades tenían motivos para pensar que la Foire o Braderie de Lille podría ser el próximo blanco, y decidieron suspender la convocatoria este año.
La ciudad virtualmente fronteriza con Bélgica no tendrá este septiembre sus “dos días y una noche de locura”, en los que más de 10 mil vendedores ocupaban unos 100 kilómetros de sus calles para ofrecer los más variados artículos: Desde ropa usada hasta finas piezas de arte antiguas, pasando por artesanías, juguetes y herramientas hogareñas, entre una infinidad objetos locales y de lugares exóticos, además de los infaltables libros, comidas tradicionales al paso y la actuación “a la gorra” de artistas callejeros.
Como todos los años, el programa de la feria contemplaba su apertura con una media maratón el primer sábado de septiembre por la mañana, para ser inaugurada oficialmente el mismo día a las 14 y continuar sin interrupción hasta el domingo a las 23. Durante estas 33 horas, la ciudad de Lille se transformaba en una inmensa zona peatonal en la que vecinos, turistas o comerciantes, anticuarios y buscadores de gangas perpetuaron durante siglos una tradición comercial y festiva.
En todos los restaurantes de la ciudad se servían mejillones con papas fritas, plato tradicional de la Braderie, generalmente acompañados de alguna cerveza local. Era habitual ver frente a los restaurantes oscuras montañas de conchas vacías, en una informal competencia para ver qué establecimiento había concitado la preferencia del público. Se estima que en cada edición se consumían unas 500 toneladas de mejillones y 30 toneladas de papas fritas.
HISTORIA
El primer documento escrito sobre esta feria data de 1127, en las historias del columnista Galbert de Brujas. En sus inicios, en los siglos XII y XIII, la feria duraba unos 30 días, de los cuales los primeros 15 se dedicaban a la instalación de los comerciantes.
Luego, con el correr de los siglos se convirtió en un símbolo de celebración y tradición popular. Conforme a las circunstancias históricas su duración se hizo más corta, generalmente entre cinco y siete días, hasta que desde la década de 1940 mantiene su formato actual.
TERRORISMO
La irrupción del terrorismo islámico en su forma más brutal e indiscriminada, con su metodología de causar el mayor número de víctimas en cada ataque, en especial en lugares de concurrencia masiva, y su condena a toda forma de esparcimiento, diversión o placer, colocó a esta feria entre los blancos potenciales.
El 5 de agosto pasado, la alcaldesa de Lille, Martine Aubry, anunció la «decisión dolorosa» de cancelar la feria en forma excepcional, al considerar que se encontraba frente a una cuestión de “responsabilidad moral”. La funcionaria socialista dijo que con las autoridades nacionales «hicimos cuanto pudimos» para aumentar la seguridad «pero hay riesgos que no logramos reducir».
Las fuerzas del orden, según Aubry, hubieran tenido dificultades para actuar en sus calles estrechas y abarrotadas y un simple petardo podría haber derivado “en una carnicería” en caso de avalanchas. Junto a ella se encontraba el prefecto de la Región Norte de Francia, Michel Lalande, quien admitió que «la seguridad en un contexto terrorista es imposible de garantizar». El ex jefe de gabinete del Ministerio del Interior hasta mayo pasado agregó que “en un momento dado, pese a nuestras pasiones, nuestras convicciones, hay que decir basta a un modelo rebasado por las exigencias de seguridad”.
OTRAS CANCELACIONES
La anulación de la Feria de Lille se suma a otras actividades festivas y culturales veraniegas también canceladas en diversas ciudades, luego de varios atentados yihadistas en Francia. Entre ellas figuran los campeonatos europeos de ciclismo en ruta, programados del 14 al 18 de este mes, en Niza, y la exhibición que debió realizar el 13 de agosto pasado el equipo aéreo «Patrouille de France», que hce acrobacias y deja estelas con los colores franceses en el cielo.
“Estamos en situación de guerra. Así que, algunas veces, hay que prohibir ciertas manifestaciones si las normas de seguridad no se respetan”, sostuvo al respecto el ministro de Defensa francés, Jean-Yves Le Drian.- (CSM)