Francia inauguró este mes la primera carretera solar del mundo, en el noroeste del país, como una proyecto de energía sustentable que prevé alimentar el alumbrado público de un pueblo de 5.000 habitantes. Se trata de un tramo de un kilómetro de una ruta local de Normandía, cubierta de paneles solares resistentes al peso de los vehículos y permiten el normal agarre de los neumáticos, pero que ya ha recibido críticas precisamente de organizaciones ecologistas.
Este proyecto pionero fue inaugurado antes de la Navidad por la ministra de Medio Ambiente, Ségolène Royal, paradógicamente en una jornada lluviosa y de cielo encapotado. La funcionaria aseguró que se trata de una idea que va en la línea de la transición energética del país hacia las energías renovables. Sin embargo, varias entidades ecologistas relativizaron la utilidad y durabilidad de lo que consideran «un juguete», que además es muy caro.
En principio, sostienen que el costo de este primer kilómetro de la carretera solar (unos 2.800 metros cuadrados), de 5 millones de euros, es desorbitado en relación a la cantidad de energía que puede producir. Los expertos ambientalistas afirman que el precio del kilovatio producido en esta vía es de unos 17 euros, frente a 1,3 euro que cuesta el que se genera en una instalación fotovoltaica en un tejado, ya que las instalaciones inclinadas son más eficientes que las horizontales.
El vicepresidente de la Red para la Transición Energética, Marc Jedliczka, sostuvo ante el diario Le Monde que «sin duda es un avance tecnológico, pero para desarrollar las energías renovables hay otras prioridades antes que este juguete, del que sabemos que es muy caro pero no sabemos si funciona bien».
Los ecologistas también advirtieron que con este tipo de obras el Gobierno puede estar buscando un efecto publicitario, pero sin auténticos progresos. Sobre el material utilizado, expresaron sus dudas respecto de la resistencia real de los paneles de la carretera al continuo paso de los vehículos, al clima y otras circunstancias.
RESPUESTAS OFICIALES
El Ministerio de Medio Ambiente salió a responder estas críticas y asegura que ese tipo de paneles solares está especialmente concebido para soportar el peso de cualquier vehículo, incluido el de camiones, y garantizar la adherencia de los neumáticos.
Francia tiene un millón de kilómetros de carreteras y, según cálculos oficiales, si cubre un cuarto de ellas con paneles solares el país alcanzaría su independencia energética.
Sobre los costos, los responsables del proyecto sostienen que el tramo inaugurado es una prueba y que el precio de la infraestructura disminuirá a medida que se incremente la demanda, lo que abaratará también el costo de la energía producida. En 2020, señalaron, el precio del kilovatio producido en una carretera solar será similar al de otras fuentes fotovoltaicas.
Por el tramo inaugural, en el municipio normando de Tourouvre-au-Perche, se calcula que circulan 2.000 vehículos por día, tráfico que ocupa sólo el 20 % del tiempo, por lo que no priva a los paneles de mucha exposición solar. Este primer kilómetro en funcionamiento es el resultado de cinco años de pruebas con pequeños tramos instalados en estacionamientos o frente a edificios públicos.- (CSM)